Aprender a ser buenos padres no se logra sólo con un libro, ni se adquiere con una varita mágica; es una mezcla de conocimientos, experiencias y aprendizajes diarios con nuestros hijos lo que nos da las herramientas necesarias. En especial en una época donde nos hemos dado cuenta que la correa, el grito y el castigo no han sido ni serán una buena opción.
Aprendamos juntos a tener una buena relación con nuestros hijos y a mejorar sus acciones y reacciones, gracias a la Disciplina Positiva.
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