Hoy los sitios web son más intuitivos, de fácil navegación y sobre todo saben cómo mostrar la información al lector. Pero, ¿todos las páginas aplican estas reglas básicas?
Carlos, un atractivo estudiante de comunicación social, invitó a salir a Ana María, compañera de su clase de inglés. Ella aceptó gustosamente y accedió a ir a un restaurante a cenar y luego quizá, a tomar un par de cervezas. Al momento de la cita Carlos decide romper el hielo a través de una serie de preguntas que él consideró apropiadas: edad, profesión de sus padres, número de hermanos, aspiraciones profesionales, color favorito, género musical preferido, estado civil, pasado amoroso, entre otros, formaron parte de los múltiples ítems con los que él decidió acribillar a su pobre víctima en tan sólo media hora. Abrumada, Ana María decidió inventar una excusa para salir corriendo, literalmente, e irse lejos de Carlos a quien sintió como alguien invasivo y sin ningún tipo de tacto.