En momentos en que los municipios del Valle de Aburrá se encuentran en alerta ambiental por un posible pico y placa para los vehículos y motos en toda la jurisdicción del Área Metropolitana durante 24 horas, la I. U. Pascual Bravo dejó de emitir a la atmósfera, en ocho meses, 7,96 toneladas de dióxido de carbono.